lunes, 14 de febrero de 2011

La historia de Ella

Ella apareció un día por las buenas, sin motivos ni explicaciones. Es como esas personas que no saben llamar a la puerta no te avisan, pero se cuela en tu habitación, el problema es que yo no sabia que iba a entrar algo más que en mi habitación. No se si sin querer o queriendo se ha ido adentrando en mi cuerpo empezó por la cabeza. Al principio llevaba tacones y me pinchaba, pero no me pinchaba ella me estaba pinchando otra gente que decía conocerla. Más tarde se fue poniendo las zapatillas de casa y me dejo de pinchar, yo sabia que ella tenia varias zapatillas.

Habría sido un gilipollas por mi parte que al pincharme con los tacones haberla echado de mi mente. Me estaría perdiendo todo lo que ella me da sin darse cuenta. Sus sonrisas, sus lágrimas, sus caras de yo no he sido, sus lacitos….

Poco a poco ella va avanzando y se ha hecho un loft de dos plantas en mi cuerpo, en mi cabeza y en mi corazón. El de mi corazón no se como lo hizo, pero despidiéndome de ella en una estación de autobuses, me di cuenta de que tenia la llave. No se me habría ocurrido jamás en la vida, más de doscientos besos recortados. Solo de pensarlo se me ponen los pelos de punta. Toda una tarde besando folios, no solo había conseguido la llave de mi corazón, es que encima había entrado por la puerta grande. No quería entrar por una puerta pequeña la niña, quería entrar por todo lo alto. Y vaya si lo hizo.

Nadie había hecho algo así por mí nunca.

Sin licencia de obra, anda construyendo en mi cuerpo poco a poco un castillo y yo le voy ayudando sin darme cuenta. Se esta convirtiendo en la guardiana de mi fortaleza, solo ella sabe como entrar y salir del castillo. Solo espero que no se lo diga nadie. Que sea su secreto, un secreto que comparte conmigo, que compartimos ambos. Un secreto por el cual solo nos hace falta mirarnos, para saberlo.

Cada vez que me mira solo se me ocurre sacarle la lengua, es inevitable sentirme desnudo cada vez que me mira, ella es mi abrigo, no el de mi cuerpo pero si el de más adentro. Cada vez que me mira me siento idiota, no se ni para que lado mirar, es como si me sacara de quicio, me entran ganas de cogerla, y taparle los ojos, atarla de pies y manos durante un rato, y decirle no me mires, no te muevas, dale un descanso a mi cara de tonto.

Si, lo se. Demasiado pastelazo, pero y que hago si es cierto. No me reconozco, me hace estar en las nubes todo el día.

Sin querer me hace también sufrir, fue el día que volvía de sus vacaciones. No sabia a que hora volvía y el hecho de que no cogieran señal mis llamadas me hacia sufrir. Lo pasaba mal, temía que le hubiera pasado algo. Hasta que 4 horas después cogieron señal las llamadas y sentí su voz, me resulto imposible decir 3 palabras seguidas me sentía el tío mas gilipollas del mundo (casi lo soy seguro, pero no se lo digas a nadie).

Ese día me di cuenta, que realmente me importaba. Me importaba que estuviera bien, que no le hubiera ocurrido nada malo. Y en cierto modo temía que apareciera alguien. Pero si aparece alguien espero que le haga más feliz que yo.

Que le voy hacer, no puedo hacer nada. No me pertenece. Pero me tiene Loco, solo ella sabes si es para mí, y yo quiero ser para ella.

jueves, 10 de febrero de 2011

Ella

Es todo lo que necesito, me encanta hacerla feliz. Estar en sus más y en sus menos. Me es inevitable pensar que le he fallado, siento que la he mentido. Pero también es cierto que todo lo que le he dicho es verdad.

Si me siento culpable, es porque evidentemente, debo de haber hecho algo que no esta bien. Nunca había hablado con nadie con tanta sinceridad, y a pesar de todo, sigue haciéndose difícil, se hace difícil algo que cuando ella esta junto a mi, es fácil.

Se que ella es lo que quiero ver todas las mañanas cuando me levanto, se que aunque simplemente tiene unos ojos marrones es ahí donde me quiero perder.

Ella, piensa que por mi pasado, estoy con ella porque solo la quiero ayudar, que estoy con ella por pena, y para nada es cierto. Si estoy con ella es porque quiero ser su pollo, su pollo personal.

Claro que quiero ayudarte, pero también quiero besarte, abrazarte, comerte y porque no decirlo también, hacer algo más que dormir contigo. No quiero compartir solo contigo los momentos en los que necesites mi ayuda, quiero compartir contigo en los que yo te necesite a ti.

Sigo si entender porque ella no confía en si misma, a decir verdad no necesita que ni yo ni nadie le diga algo para sentirse capaz, es verdad que a veces se necesita un empujón, pero es que tiene la energía suficiente para hacer cualquier cosa, lo noto cada vez que esta a mi lado.

Tienes más que energía para llegar a Londres y comértelo con las dos manos, sin derramar ninguna lagrima, tu cabeza es fuerte, no dudes. Sentirte sola es normal, pero solo así se aprende, se que esto te ayudara mucho para saber valerte por ti misma, se que tendrás días en los que lloraras, porque te querrás largar y dejar todo, espero que no llegues a ese punto. Solo quiero que sepas que me tienes aquí y que si en algún momento decides hacer eso me tendrás aquí igualmente, pero es que se de sobra y tu cabeza ha de saberlo que tu puedes. Simplemente tienes que creértelo porque de nada servirá que lo sepa yo.

Se que a pesar de lo que le diga a ella, estará molesta conmigo, me siento incluso molesto conmigo mismo. Se que si me da tiempo le demostrare con hechos lo que decir muchas veces con palabras no sirve. Por mucho que me dijera, no iba a dejar ni un segundo de sentirme en deuda con ella. Por que a pesar de ser mi enana y no ocupar mucho espacio, deja un gran espacio en mí cuando se va.

Se que te voy a esperar, porque quiero que vuelvas, porque me quedan muchas noches durmiendo a tu lado, porque me quedan muchos viajes contigo, porque quiero hacerte de comer mil y una cosas. No solo se hacer macarrones. Quiero enseñarte todos mis sitios, todos los lugares donde soñé que algún día volvería allí con alguien, todos los sitios donde empecé a imaginarte sin conocerte.

Para nada me importa esperar, llevo muchos años esperándote, que más da esperar un poco. Vale que soy impaciente, pero impaciente llevo siendo 23 años.

Suerte en Londres, Rocío.

I'll be waiting for you to come

martes, 8 de febrero de 2011

Alguien que...

Alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos.

Que me rompa las medias con la boca, y luego me compre otras.

Que me haga el amor contra la pared y se meta conmigo en la bañera.

Que se pierda conmigo para después rescatarme de laberintos sin sentido.

Que saque la espada y me defienda de víboras, pirañas y putas.

Alguien que cosa disfraces a mis días malos, y los convierta en buenos.

Que no se enfade si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo.

Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer.

Que no de por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo dude.

Que no me haga sufrir porque sí, pero que tampoco me venda amor eterno manoseado.

Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano.

Que no me compre regalos pero que tenga mil detalles de papel.

Que no le guste verme llorar y me haga reir hasta cuando no tenga ganas.

Que de vez en cuando decida perseguirme en los bares y conocerme otra vez.

Que me mire, le mire, y me tiemblen las piernas sin remedio.

Alguien que esté loco por mi, y no se le olvide decirmelo los días de resaca.

Que si se pone animal, sea sólo en la cama, y me mate a besos por la mañana.

Que no se acostumbre a mi y deje de inventar nombres nuevos para despertarme.

Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de hojalata.


Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.



Este texto no lo escribí yo, pero debo quitarme el sombrero. Ni más ni menos lo que siempre pensé. Pero realmente nunca me detuve a escribir. Aunque no se a ciencia cierta quien es su autor en este caso su autora, creo que es la mejor manera de plasmar lo que quieres de otra persona, de otra persona con la que compartir tu momentos.

jueves, 3 de febrero de 2011

Las expectativas del videojuego

El amor, no lo tengo muy claro, pero es un amante difícil. No te puedes dormir porque en cualquier momento se puede marchar, no repitas tus días porque eso dice mucho de ti. Y tan solo esfuérzate.

Solo hay dar algo nuevo que pensar todos los días, crear una aventura, como si de un videojuego se tratase. Vas pasando casillas pero cada una de ellas es diferente, vas aumentando tu nivel conforme te vas pasando las casillas. Siempre hay pantallas complicadas, las más difíciles, esas son las novedosas, donde no te sabes los atajos.

Hay veces que decides dejar el videojuego, otras en cambio juegas por aburrimiento hasta que al fin un día de casualidad encuentras el atajo.

Soy demasiado impaciente para encontrar el atajo la verdad, pero el videojuego me tiene enganchado, se que al final tenemos que caer el uno o el otro, pero tanto me gusta el juego que buscare la manera de pasarme la pantalla de mil maneras.

La dificultad aumenta y ya no sabes ni lo que te depara, ya te esta empezando a dar miedo el juego porque puede llegar ya el punto en que no te veas con fuerzas para avanzar, y reconocer el tiempo que le has dedicado y que posiblemente hayas malgastado, es aun mas doloroso. Un tiempo que jamás recuperaras y tan solo podrás recordar.

Lo peor de todo es que me encanta jugar, comerme la cabeza, para seguir avanzando, quiero ver todo lo nuevo que me trae, pero el juego me tiene que seguir dando bonus y algo de vida. Porque a mayor dificultad mas cuesta arriba se me hace. Y como todos los videojuegos o casi todos crean adicción.

En el momento que cada vez juegas menos, te das cuenta de que hay algo que no marcha, te esta costando demasiado, el juego tiene trampas, empiezas a dudar, no sabes si estas quemando la consola de tanto jugar, y te estas cansando. La atracción de un principio se va perdiendo, van saliendo nuevos juegos y tienes que decidir si quieres seguir jugando con ese o actualizarlo.

Pero por mucho que lo intentes tu juego sigue existiendo y tú no lo puedes evitar.

¿Sabes que ha ocurrido? ya no eres un jugador, tan solo eres parte del videojuego. No sois dos, sois uno.

Lo difícil ahora que estas en el juego es que llevas toda la vida deseando estar dentro, pero el juego ya se sabe todos tu atajos, empieza averiguar como piensas y lo que antes le impresionaba ya no le parece suficiente para que sigas avanzando.

El juego tiene expectativas, y ya te comes la cabeza averiguando que espera de ti. No tienes la obligación de impresionarlo pero si sientes que si no lo haces le estarás defraudando. Y en cierto modo es así, aunque no lo reconociera.

Expectativas no quiero que me impresiones, pero espero mucho más de ti.