miércoles, 23 de diciembre de 2015

Importancia de importar

La importancia de a quién le importas no está en la atención que te prestan cuando lo pides, sino en saber estar en los momentos que más lo necesitas.

Las palabras se las lleva el aire, pero no se lleva el grano. El grano termina por caer en el vuelo. No se puede pedir, lo que tu no eres capaz de dar, no se puede ahorrar sufrimiento a quien no te lo ha ahorrado a ti. A deshoras, haciendo menos ruido del que hace al despertar, a mas de las tres, a más de la una. Sin explicaciones y en silencio, víctima de sus palabras, a pedida de lo que quiere, pero exenta de lo que no logra dar. La igualdad no existe sin el reconocimiento de nuestras carencias. Dormida en el despertar.

Pedir que te guíen la vida cuando te encuentras sola, cuando en compañía te han indicado el camino y omitiste la indicación. Decisiones pospuestas a la soledad que rechazaron la sociedad. Sembrando desconfianza en tu escudero a quien laceaste, para no dejarlo escapar. Molestias sin valor, perdida de un tiempo que estaba por planificar. Trabas a la importancia de a quien le has de importar.


Las dudas de tu camino déjalas para ti y no para los demás.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Valentina por Jesús Maria Rama Ballinote, su autor

Sangre, sudor y lágrimas. Un año y algunos meses después, a miles de kilómetros de donde se forjó al fin ve la luz. Nació en un cuarto de madera, con no mucha luz y con menos tiempo. Sin dedicación absoluta, pero con un solo fin. Fue en Granada, fue en verano y con mucho calor.

No es más que una historia, una historia muy posible, aunque también podría ser un sueño, un amor idealizado, un cuento de Disney, sin dibujos, escrito en piel, sin beso, sin manzana, sin rueca, sin lámpara. Puede ser una vida imaginada que a veces suena muy cerca. Ese momento en el que tienes los ojos abiertos pero no estas viendo lo que hay frente a ti, porque no hay nada, sonríes porque tu cerebro está proyectando uno de tus vídeos, de tus momentos imaginados, soñados.

Quizá sea una crítica, un reproche de lo que llegan a suponer decisiones globales. Esos dictámenes que se toman en grandes edificios y no tienen en cuenta como influyen estos en una familia mundana, en su día a día, en sus sensaciones, en sus sentimientos y como estos desconocen como llegaron a ellos. Solo es una vuelta por lo que nos toca de cerca en busca de su raíz. Al final acaba centrándose en una historia de amor, porque acabar fijándose en decisiones políticas hubiera bastado con continuar leyendo la historia de nunca acabar en cualquier periódico.

No es más que otra historia de estos tiempos que corren con un guiño hacía todos lados, pero tu la puedes entender como quieras.

Aquí os dejo un link a mi primera novela corta.



miércoles, 2 de septiembre de 2015

A veces pasa

A veces pasa, son días malos a la espera de alguno bueno. Un simple detalle o acción que te sumerge en la melancolía y en lo más profundo de tu pensamiento en busca de una respuesta.  Intentas encontrar en que momento fue y te das cuenta de que tu memoria tan buena para algunas cosas no logra recordarlo todo. A veces pensamos que es muy fácil saber lo que se ha hecho a lo largo de un día, pero lo cierto es que cuando estamos a punto de caer en los brazos de Morfeo la mayoría de esos datos han pasado a mejor vida. Poca gente tiene un almacenamiento cerebral en el que recordar al milímetro todo lo que hizo paso por paso a lo largo de un simple día que acabó siendo complicado.

Los problemas y ecuaciones jamás estuvieron en las matemáticas, desde del inicio siempre se hallaron en la vida. Aquello en la escuela o instituto nunca fue un problema. Despejar la X es siempre una constante en nuestro día a día. Esa X que señala momentos que no recordamos, aunque también puede encumbrar un momento o una persona que aún no ha llegado.

Vivimos tan sin darnos cuenta que a veces se nos escapan detalles que podrían alegrarnos el final de la jornada sin saberlo. Vamos de un lado para otro en cada trayecto como zombies, absorbidos, sin ver lo que nos rodea o sin saber donde estamos tan siquiera sentados. Caminamos sin mirar si nos quedamos algo atrás. Se nos escapa un detalle tras otro. Nos perdemos momentos y hasta cierto punto nos olvidamos objetos. Nos dirigimos hacia algún lugar por obligación y no por devoción. Por eso, a veces pasa, que perdemos detalles, momentos y cosas que no volveremos a recuperar. Estamos porque tenemos que estar, pero no nos encontramos allí.

A veces pasa, que estamos en nuestros cuerpos, pero no estamos en nuestras vidas. 

martes, 19 de mayo de 2015

Vieja amiga



Hola vieja amiga. Volvemos a vernos. Parece que solo nos veamos de vez en cuando y no de seguido como a ti y a mi nos gustaría. Te vas sin decir nada y vuelves cuando te conviene. Esto, está empezando a ser algo personal, empiezo a necesitarte más a menudo y parece que cada día te siento más lejos. Deberíamos llegar a algún término medio, tú no eres visible sin mí y yo no te recuerdo si tú no vienes.

Vayamos por parte, aunque hablemos en un monólogo, aquí solo esta loco el que quiere creer que lo está. Me sigo buscando y tu te pasas la vida esperando a que te coja por banda, sabes que no es tan fácil y a mi me gustaría que no fuera difícil. Cuesta dedicarte tiempo, los dos tenemos ilusión por ello, pero ambos no sabemos si lo nuestro funcionaría.

Estamos a un paso de intentarlo, pero tal vez sea ese el paso más duro, ese en el cual todo se detenga y jamás volvamos a vernos. Ese por el cual no seamos lo suficientemente  buenos para el mundo y este nos prefiera por separado, uno encerrado y otro dejando de lado el tiempo que podría dedicarte. Es jodido, pero es así. Volamos muy raso para saber con seguridad la sinceridad que nos tenemos. No soñamos más allá que en lo que podemos hacer verdad, incluidas las que duelen.

En el próximo encuentro espero sea el intento. La suerte tal vez quede echada, y quien sabe, quizás la aventura continúe. Espero siempre mantengamos nuestros breves, a veces no está de más que hablemos.

@ChechuRama

domingo, 12 de abril de 2015

Insomnio



Dormir, no dormir, pensar dejar de soñar. Soñar es pensar lo que uno quiere. No ser capaz de cerrar los parpados. Atrapado en el insomnio, dormir es de cobardes, pensar es dejar de lado tu romance eterno con las sabanas de tu cama. Se escapa el tiempo, tu mente no se detiene, lo quieres ya, lo ves, lo imaginas pero no lo tienes.

Sin el concilio de Morfeo la noche se alarga, las neuronas no se detienen, demasiadas cosas en la cabeza, planes, proyectos, aventuras, saber lo que se quiere, encontrar el camino perfecto, impedimento para su alcance.

La paciencia ilimitada, pero de nada sirve sin el sosiego, no consigo detenerte, piensa en el oso blanco. Necesito dormir, todo llegará.

@ChechuRama

martes, 13 de enero de 2015

Un mundo en apuros



Pocos están donde deben y los que están no sabe valorar donde se encuentran. Las ideas se encuentran muy lejos de los problemas, y a los problemas se les busca soluciones complejas. Todo se cree más complicado de lo que realmente es.

Las oportunidades existen y existirán, solo que algunos las verán antes y otros las aprovecharan menos. La vida es muy fácil, pero las personas cada vez menos sinceras. Todo esto está convirtiendo al mundo en una bola de fuego. Todo está caliente, la mínima fricción desencadena debates sin sentido y miedos inexistentes. No paramos de provocarnos, retarnos y desmenuzarnos, nada parara hasta que alguien diga: ‘Basta’.

No existe otra opción que no sea la que marca la corriente, pensar diferente y decirlo resulta ser un enemigo, pensar diferente y estar en silencio es ir en contra de tus principios como ser humano. Sea como fuere, ninguna opción es válida si nadie comparte tu razonamiento.

El mundo existe y es sostenible sin violencia, la convivencia de las religiones es posible porque más allá del alma ‘mater’ de sus escrituras en ellas aparecen valores, valías positivas para todos los seres humanos. Da igual el libro que sea. No hay fanatismo en ninguno que suponga la eliminación de los otros.

Fuera de ellos solo existe la mala interpretación del que no ha sabido leérselo entero, como la mala receta de un médico que no ha sabido actualizar su vademécum.

Quien ve peligro en cualquier religión es que no ha sabido entender sus valores, y quien cree que sin religión no se pueden tener valores es que no sabe que la vida por si misma pone los mismos problemas a todos. El resto son intereses de quien quiere ver problemas donde no los hay, porque sin problemas se queda sin negocio.

@ChechuRama