martes, 26 de noviembre de 2013

Despedidas


Correr detrás de un tren hasta que acaba el andén. Sabes que te quiero y todo ira bien. Cansados de alejarnos cuando el destino obliga. Pensaba tenerte cerca todos los días y hacer que desaparezcan las despedidas. No hay sonrisas al partir sin chistes fáciles, ni lágrimas sin momentos imborrables.

Momentos tan difíciles que se repiten una y otra vez, sin saber que cara poner ni hacia que lado mirar. Observar como se marcha mientras esperas que eche ese último vistazo donde se detiene el tiempo y el vuelo de su pelo se produce a cámara lenta.

Casi siempre son un hasta luego, pero el miedo del adiós sobrevuela en esos momentos tan duros. ¿Qué decir por si no hay un mañana? Mejor no decir nada, su cara, sus sollozos, la belleza, esa de la que tanto se habla y tan poco se ve, se hace latente.
No hay palabras, solo queda llorar y resguardarse entre el escudo de tus sabanas.

Amargas despedidas, os odio. Momentos tan dulces y dolorosos, sentimientos abiertos de par en par, caricias tan tiernas como la escarcha más fina. Abrazos, manitas y besos, la situación los hace tan bellos y punzantes a la vez. Duele demasiado. Motivos para volver a rozar sus labios, para buscar, para seguir, porque desde estas líneas puedo decir que solo es un hasta mañana. No tengas miedo, quien te quiere va en tu búsqueda.

Malditas despedidas y la impaciencia de la espera. Lo que os gusta complicarme la vida y darme razones para seguir. Pero sabed que me sobran fuerzas, soy veterano en estas latitudes.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Autodeterminación



Lobotomía permanente en nuestras cabezas y en nuestros corazones. Paralíticos andantes, inmóviles inquietos. Nadie hace nada y no paramos de dar vueltas y tumbos.
Las ideas se mezclan y no se habla de nada concreto. No paramos de lanzar nuestro tiempo al aire sin aprovechar nuestras oportunidades.

Es hora de reaccionar y la acción se detiene. Es posible creer que tenemos algo y sufrimos el ‘efecto estatua’. Inmóviles, ahí seguimos, quizá estamos esperando la peor encrucijada de nuestra vida. No tenemos fe o la tenemos desganada. Ya lo hará otro.

Tenemos unas herramientas con las que creemos estar en plena lucha, más de uno no sabe ni que estamos en guerra. Las herramientas sirven para concienciar, pero también para distraer. A punto de acabar en una burbuja de supuesto ‘bienestar’, estamos vendidos al mejor postor.

Se que aún no sabes de que trata esto, ni estas palabras, se trata de eso. No puedes obligar a nadie a que vea las cosas como tú, porque dirán que estas manipulando, ¿manipular? ¿manipulado? ¿más de lo que ya estas? Imposible.

Juego de palabras incierto, no te voy a convencer. Se que una vez al año haces algo bueno, es posible que más de dos. Deberías coger la batuta y ensalzar lo que estas perdiendo. La facultad que tiene el ser humano de obrar o no obrar según su inteligencia y antojo esta muy lejos de ser una realidad.

Es posible que esto te sirva para pensar, si te dura más dos minutos en tu cabeza será todo logro. Ocurre como las noticias, duran un día en el imaginario colectivo como mucho, al día siguiente continuas tu vida como si nada. Por mucho que te impacte lo que lees, ves o escuchas, tu cabeza te dice que ya lo resolverá otro. Pero todo empieza por nosotros. Si tu no te inquietas, ¿crees qué lo van hacer otros?

No te entristezcas, de aquí a un momento leerás cualquier curiosidad del mundo animal o un estudio de una universidad que dice lo bueno que es beber cerveza y todo volverá a ser como antes. Un mundo perfecto donde los buenos siempre ganan, lo malos siempre pierden y la justicia prevalece.