¿Cómo se puede echar a alguien tanto de menos? ¿Como se
puede perder a alguien y mantener la compostura? A veces la vida nos hace
darnos cuenta de lo importante que son ciertas cosas sin que estas sean
materiales o tangibles. Del dolor que se puede llegar a padecer sin tener un
solo rasguño físico, probablemente se trate de la única religión existente en
el mundo, la única que puede hacer mover mar y tierra, llegar a sitios cuando
era imposible, obrar milagros que hasta entonces nunca se había producido.
Ese vacío que se queda, ese sin sentido que queda cuando se
rompe, esa sensación de haberte quedado en el limbo, ese desosiego por
encontrar una explicación. Es dolor, son
lagrimas, son un cuerpo destemplado con mariposas muertas en el estomago. Es
rabia, es ira, es el momento de darse cuenta de lo importante que era y que fue
esa persona que decidió partir.
¿Ahora qué? Te preguntaras. Tú sabrás que puedes hacer,
continuar o lamentarte.
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