Gimnasio, maquillaje, ropa, cortes de pelos, operaciones
estéticas y algunos arreglos más. Todo por estar a la orden del día y llegar a
los cánones que marcan la TV
y otros medios de comunicación mediante los estereotipos que implantan en su
publicidad, programas y series.
Los jóvenes imitan todo lo que ven y aunque haya
desaparecido la instrucción militar obligatoria hay una nueva instrucción, esta
no es para aprender a utilizar un arma, ni para formar a una población ante una
posible guerra.
Esta nueva instrucción trata de destruir la personalidad
innata de los ciudadanos y el carácter de las generaciones más jóvenes, por
ello se encarga constantemente de señalar que esta o no a la moda. Pobre de ti
si no lo estas, serás señalado con el dedo y con ello te invadirá una profunda
frustración si no tienes una personalidad a prueba de bombas.
Son malos tiempos para acatar los dictamines de las grandes
empresas textiles y para ser señalado por pequeños individuos que aun no saben
lo cruel que son hasta que no alcanzan un nivel mental adulto. Muchos les
preguntaran a sus padres porque no les compran ciertos atuendos y accesorios, a
lo que estos responden que no les alcanza el sueldo. La frustración del
individuo va en aumento cuando comprueba que no puede conseguir lo que quiere e
ira a peor asociando este hecho a que no es feliz, culpando a sus padres de su
infelicidad.
Todo esto se torna en un círculo vicioso, donde comienzan
discusiones absurdas, lagrimas sin razón y donde los padres intentan por todos
los medios agradar a su hijo por muchas pegas que le pongan, ya que para ellos
sus hijos lo son todo y acaban accediendo a su petición, aunque ello suponga
prescindir de algún alimento.
Por ultimo, se entiende que una vez conseguido el artículo
ya sea un bonito vestido o un par de melones de la talla 110, se acaba el
martirio de discusiones, berrinches y salidas de tono, pero nada más allá de la
realidad, esto solo acaba de comenzar. El vestido necesita un bonito colgante y
unos zapatos a juego, y esas preciosas y sabrosas peritas un sostén que aguante
esa presión sino la felicidad será incompleta. Esta nueva instrucción militar
no necesita solo que compres el uniforme sino todos sus complementos. Incluidas
las estrellas que tendrás que bordar en su parte izquierda las cuales irán
grabadas a fuego en el corazón y la cartera de tus padres mediante largas
jornadas laborales y discusiones absurdas al llegar a casa.
Tras todo esto llego a una conclusión y más que una conclusión
es una pregunta. ¿Realmente necesitamos para nuestra felicidad todos lo que nos
venden o son las grandes marcas quienes provocan que lo deseemos?
"Lo que hace falta es someter a las circunstancias,
no someterse a ellas". Quinto Horacio Flaco
Compañero,soy tu colega (o al menos lo fue por un tiempo) de clase Juan, ahora mismo por Las Canarias. Solo quiero felicitarte con tu artículo. El imperio Inditex nos educa.
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