Correr detrás de un tren hasta que acaba el andén. Sabes que te quiero y todo ira bien. Cansados de alejarnos cuando el destino obliga. Pensaba tenerte cerca todos los días y hacer que desaparezcan las despedidas. No hay sonrisas al partir sin chistes fáciles, ni lágrimas sin momentos imborrables.
Momentos tan difíciles que se repiten una y otra vez, sin
saber que cara poner ni hacia que lado mirar. Observar como se marcha mientras
esperas que eche ese último vistazo donde se detiene el tiempo y el vuelo de su
pelo se produce a cámara lenta.
Casi siempre son un hasta luego, pero el miedo del adiós
sobrevuela en esos momentos tan duros. ¿Qué decir por si no hay un mañana?
Mejor no decir nada, su cara, sus sollozos, la belleza, esa de la que tanto se
habla y tan poco se ve, se hace latente.
No hay palabras, solo queda llorar y resguardarse entre el
escudo de tus sabanas.
Amargas despedidas, os odio. Momentos tan dulces y
dolorosos, sentimientos abiertos de par en par, caricias tan tiernas como la
escarcha más fina. Abrazos, manitas y besos, la situación los hace tan bellos y
punzantes a la vez. Duele demasiado. Motivos para volver a rozar sus labios,
para buscar, para seguir, porque desde estas líneas puedo decir que solo es un
hasta mañana. No tengas miedo, quien te quiere va en tu búsqueda.
Malditas despedidas y la impaciencia de la espera. Lo que os
gusta complicarme la vida y darme razones para seguir. Pero sabed que me sobran
fuerzas, soy veterano en estas latitudes.
:( no puedo decir nada mas
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog y me ha encantado el texto! Como te expresas..! Son duras las despidas, duelen pero hay que seguir adelante!!
ResponderEliminar1 beso!
Te sigo!