Confuso esa es la palabra, tengo la cabeza aglomerada de pensamientos y repleta de preguntas. Asustado me ando, de cómo una persona puede matar a 94 personas a sangre fría, aunque 7 de ella fuera con un coche bomba. Perplejo de que una persona pueda tener la formula para ser una estrella, vivir como nunca y muera como nadie. Y estupefacto de cómo un maravilloso día de piscina se pueda hablar de la silicona que lleva una tal Tatiana de un programa de TV en el culo, las tetas y los labios.
Estoy muy confuso con todo el mundo que me rodea, como si me encontrara fuera de sitio, o yo me hubiera imaginado un mundo mejor. Tengo la sensación de haber nacido hace un rato, la sensación de no saber que hago aquí o para que he venido. No se si el mundo es un sitio para mi o si puedo hacer algo por el mundo.
Me encuentro desconcertado hacia lo que puedo hacer para crecer y evolucionar, y saber que soy diferente. Porque últimamente no me siento diferente, tan solo uno más. Como si comenzase a echar la culpa de todo lo que me pasa a la sociedad y la gente que me rodea. No se si es porque no me sale trabajo por más que lo he buscado, no se si es por tantas horas a solas con mi cabeza, pero me encuentro confuso.
Lo que antes no pesaba sobre mi, ahora me cae como una lacra y yo solito me lo busque. Noticias de genocidios, estrella del jazz (porque para mi lo era) muere por sobredosis, silicona de famosas. Demasiado tiempo para mí, para averiguar como he llegado aquí y darme cuenta de que algo no marcha bien.
Todo me parecen historias repetidas, preludios de hechos futuros, futuros que ya sucedieron donde sin querer queriendo estoy contribuyendo a que ocurran, donde antes me veía con la fuerza de poder hacer algo, y acabe cayendo en ellos. Porque ya no se tratan de hechos globales, sino de los que empiezan por uno mismo, por mi mismo porque antes pensaba y actuaba o actuaba por inercia, pero ahora simplemente me compadezco.
Estoy confuso y la vida es muy peligrosa, no por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa. Porque lo peor de todo es no hacer nada. Y de todo hay que salir y de todo se tiene que escapar, y ha llegado el momento de moverse y de no repetir historias y caminos. Podremos errar pero también aprenderemos de ello.
Quiero mi propio camino, porque aunque hoy estoy confuso los días y mis pasos me ayudaran a ver la senda más clara, no me importa tropezarme. Pero no me voy a quedar sentado a mitad de el. Quiero vivir con todo, bueno o malo.
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